
Celebrado en el Escorial (Madrid) del 21 al 23 de octubre el X Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria. Un Congreso muy esperado, ya que el año pasado no pudo celebrarse debido a la pandemia.
La diócesis de Sant Feliu de LLobregat participó con una representación de seis personas: el coordinador de la pastoral y capellán de Brians 1, P. Jesús Bel Gaudó, OM, el capellán de Brians 2, Xavier Rodriguez Callao, sj, el capellán del Módulo de Mujeres de Brians 1, Jesús Roy Gaudó, OM, además de tres voluntarios de la pastoral penitenciaria: Ignasi, José María y Mario.
El programa se articuló en torno a momentos formativos, testimonios y para compartir vivencias y desafíos. El eje central del congreso, titulado Otro cumplimiento de pena es posible, se abordó desde tres áreas temáticas de la pastoral penitenciaria: religiosa, jurídica y social.
Justo la pandemia, que ha retrasado la celebración de este encuentro, ha ofrecido nuevas pistas y luz al tema tratado, como aparece recogido en la Declaración Final del Congreso: “Muchos presos han cumplido condena a través de medidas alternativas: tercer grado, control telemático, suspensión de condena, TBC, talleres…Lo sorprendente de estas medidas es que en ningún caso han generado más delitos ni más aumento de internos en prisión. Esto nos ha llevado al convencimiento de que, otro cumplimiento de la pena es posible, sin pasar necesariamente por la cárcel.”
Dicho documento recoge las reflexiones fruto del congreso, apostando por el desarrollo de otro tipo de cumplimiento de penas y pidiendo a la iglesia, a la sociedad, a la justicia y a los medios de comunicación, una mirada y acción más humana que favorezca la reinserción.
La declaración final concluye: “Como Pastoral Penitenciaria soñamos con un mundo donde cada vez haya menos presos. Un mundo positivo que vaya superando la prisión como recuperación de la persona para la sociedad, en la cual lo normal sean sentencias que se cumplan a través de medidas alternativas en un entorno social y familiar positivo para la persona, y nunca sean la excepción. Conscientes de que el apartar a una persona de la sociedad no ayuda a su recuperación ni tampoco resuelve el problema social que le pudo llevar a prisión. Creemos que los entornos positivos ayudan a cumplir y hacer realidad el espíritu de la ley que apuesta por la reinserción y recuperación social en el cumplimiento de la pena”.