Nos ha dejado un gran hombre. Quizás las grandes personas no son las que hacen sentir más fuerte su voz, sino las que dan más luz con su vida.

Joan, desde su trabajo de sanitario, la colaboración en la catequesis en la parroquia de Sant Sadurní d’Anoia, y su voluntariado de muchos años en el grupo local de Manos Unidas, ha hecho realidad la frase del Evangelio: ha pasado haciendo el bién. Y lo ha hecho de la forma sencilla y discreta como lo hacen las personas verdaderamente ejemplares.

La extensa y amorosa familia que deja, y la también enorme familia de sus amigos y amigas son testigo de su vida entregada al servicio de los demás.

Que pueda gozar de la plenitud eterna en la casa del Padre.

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